El presidente de EE.UU., Donald Trump, aceptó este lunes una invitación del líder republicano en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, para dar un discurso el próximo 28 de febrero ante ambas Cámaras del Congreso con el fin de exponer sus prioridades legislativas y de Gobierno.
«El presidente ha aceptado esa invitación y está deseoso de compartir» sus planes para el país, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, durante su conferencia de prensa diaria.
«Tengo la sensación de que cuando lleguemos al día 28 (de febrero) tendremos mucho de lo que hablar», añadió Spicer.
Unas horas antes, Ryan hizo pública su invitación a Trump y aseguró a la prensa que el discurso sería «una oportunidad para que el pueblo y sus representantes escuchen directamente a su nuevo presidente sobre sus ideas y la agenda compartida (con los republicanos en el Congreso), que es ambiciosa».
En Estados Unidos es tradición que el presidente acuda al comienzo de cada año al Capitolio para pronunciar un discurso sobre la situación del país, conocido como el Estado de la Unión.
Cuando un nuevo presidente asume el poder, también es habitual que pronuncie un discurso ante el Congreso, aunque dado que la investidura se produce el 20 de enero, suele tener lugar semanas más tarde.
Tras su investidura en 2009, Barack Obama también pronunció una alocución similar en febrero.
El líder republicano en la Cámara baja aseguró, durante su conferencia de prensa, que quiere que el de Trump sea «un Gobierno audaz, un Gobierno de acción, un Gobierno de soluciones».
«Y un Gobierno unificado no solo por su partido, sino por un compromiso de restaurar el autogobierno y de devolver a nuestro país al rumbo adecuado», añadió Ryan.
Está por ver si, durante su primer discurso ante el Congreso, Trump abandonará o suavizará las críticas al poder establecido en Washington que inundaron su discurso de investidura el pasado viernes, y que aludían en parte a los políticos de su mismo partido, el republicano, que controlan ambas Cámaras del Legislativo. EFE