La Casa Blanca defendió este martes la teoría del presidente estadounidense, Donald Trump, de que hubo entre tres y cinco millones de votos ilegales en las elecciones de noviembre, una afirmación no respaldada hasta ahora por ninguna prueba y que le ha enfrentado con miembros de su propio partido, el Republicano.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que Trump «sigue creyendo» que hubo votos ilegales que permitieron a su rival, la candidata demócrata Hillary Clinton, ganar el voto popular en las elecciones a pesar de no lograr imponerse en el colegio electoral, que es el sistema que determina quién será el nuevo presidente.
«Creo que ha dejado claras sus preocupaciones sobre fraude electoral, y de la gente que votó ilegalmente durante la campaña, y sigue creyendo en eso basándose en estudios y pruebas que la gente le ha presentado», afirmó Spicer durante su conferencia de prensa diaria.
Spicer no quiso dar detalles sobre esos «estudios y pruebas» y tampoco quiso aclarar si Trump quería decir que varios millones de inmigrantes indocumentados votaron en las elecciones o si los votos eran ilegales por otros motivos.
Una de las periodistas presentes preguntó a Spicer por qué, si Trump está tan seguro de que ha habido un fraude electoral a gran escala, algo que constituye un crimen federal, no abre una investigación oficial sobre lo ocurrido.
«Puede que lo hagamos», respondió Spicer, quien más tarde quiso retractarse y dijo que ahora mismo no hay «ninguna investigación», aunque «todo es posible» en un futuro.
El portavoz trataba así de defender las palabras de Trump, quien en una reunión este lunes con líderes del Congreso, insistió en su teoría de que hubo votos ilegales en las elecciones, según fuentes conocedoras del encuentro citadas por varios medios estadounidenses.
«Él simplemente estaba repitiendo de pasada algo que cree desde hace tiempo», aseguró Spicer respecto de la reunión del lunes.
Trump ganó el voto electoral a Clinton por 304 a 232, pero la demócrata logró cerca de tres millones de votos populares más que su rival, algo que los detractores del magnate inmobiliario recuerdan constantemente.
Antes de su victoria, Trump ya había denunciado en múltiples ocasiones, y sin mostrar prueba alguna, que las elecciones estaban amañadas en favor de Clinton por el voto masivo de millones de inmigrantes indocumentados, además del voto de millones de muertos y de personas que ejercían su derecho en dos estados o más.
Por otro lado, Trump aprovechó su encuentro con los líderes legislativos para defender que su toma de posesión fue la más multitudinaria de la historia, algo que se ha demostrado falso, de acuerdo con el representante demócrata Steny Hoyer, presente en la reunión.
«Había una gran multitud, una multitud maravillosa. Nunca había visto una multitud tan grande como esta», dijo Trump, según relató a la CNN Hoyer, quien detalló que el presidente «no dedicó mucho tiempo a eso, aunque demostró que es algo que sigue en su cabeza». EFE