El trombonista y cantante Willie Colón celebró hoy sus 50 años de carrera con un gran concierto donde comenzó su andadura, en El Bronx, donde nació, y creció bajo los cuidados de su abuela, una gran influencia en su vida y trabajo a la que hoy rindió tributo.
«Mi abuela adoraba a Puerto Rico y yo adoraba a mi abuela y si le canto a Puerto Rico le canto a mi abuela», dijo a su llegada al escenario para el espectáculo «Asalto Navideño», título del primer disco de Navidad que grabó junto a Héctor Lavoe (1946-1993) a fines de la década de 1970 con música típica de la isla para esta época festiva.
«Bienvenidos a mi 50 aniversario. Esta es mi fiesta. Nací en El Bronx, pero como muchos de ustedes, Puerto Rico es la base de mi música. Lo llevamos en el corazón», dijo en el Lehman Center for the Performig Arts, acompañado por una excelente orquesta de 16 músicos, entre ellos cuatro violines y tres coristas.
«Asalto Navideño» fue un recorrido por sus cinco décadas en la salsa con temas que ya son obligados como «El gran varón» y «La murga» con las que puso fin esta noche a una velada de casi dos horas.
El repertorio incluyó además conocidas canciones navideñas de Puerto Rico, cuyas costumbres aprendió de su abuela Antonia, como la del «asalto» o «parrandas» en que un grupo de amigos y familiares lleva música al hogar de otros familiares o vecinos. También interpretó las cadenciosas bomba y plenas, ritmos autóctonos de la isla.
El cuatro, que en el disco original tocó Yomo Toro (1933-2012), que al igual que Colón fue miembro de las Estrellas de Fania, estuvo presente en esta ocasión con el músico puertorriqueño Prodigio, que demostró sus habilidades con el instrumento nacional de la isla, y que fue invitado especial de la noche junto al percusionista y cantante José Mangual.
Colon, que fue candidato al Congreso federal en 1994 y a Defensor del Pueblo en Nueva York en 2001, también llevó al público a un recorrido histórico a través de fotos y vídeos de lo que era la ciudad, y particularmente El Bronx, cuando comenzó su carrera, en que ese condado era símbolo de decadencia urbana.
Las imágenes mostraban edificios destartalados, ruinas, criminalidad, pobreza, graffiti, banderas, así como otras sobre la evolución de su carrera desde su comienzo, con las Estrellas de Fania, con su orquesta junto a Lavoe y Rubén Blades, con quienes conformó importantes binomios en la salsa.
También de momentos que marcaron en particular a la comunidad latina como el surgimiento del Partido de los Young Lords, un grupo de jóvenes, en su mayoría puertorriqueños, que exigían cambios para mejorar la calidad de vida en sus comunidades, sin olvidar aquellas que captaron a los hispanos entregados en la calle a la rumba, con la que creció y le alimentó desde temprana edad.
«El ritmo era mi canto de cuna. La noche tenía ritmo (de la música), tanto así que cuando cesaba la rumba decíamos ¿y qué pasó? Cuando tocaban otra vez (en la calle los tambores) decíamos que todo estaba bien y dormíamos tranquilos», recordó el músico, compositor y cantante.
Su éxito «Che che colé» fue el primero que se escuchó en la abarrotada sala de espectáculo del colegio universitario, con capacidad para 2.300 personas, que hoy colgó el letrero de «vendido» en que sus seguidores se entregaron por completo a cantar y contornear sus cuerpos con la música.
«Abuelita», «Gitana», «Idilio», «Mamá Borinquen me llama», «Amor verdadero», «Triste Navidad», «El gran varón» y «La murga», entre otros, formaron parte de esta gran celebración de sus cinco décadas en los escenarios y de tributo a su abuela Antonia, que emigró a Nueva York en 1923.
El músico ha realizado una gira de concierto en Latinoamérica y Puerto Rico y que hoy trajo a Nueva York para festejar con los salseros de diversos países esta importante fecha. EFE