Venezuela anunció hoy que entregó su polémica presidencia pro tempore del Mercado Común del Sur (Mercosur) a Argentina tras asegurar que finalizó su período, aunque la canciller argentina, Susana Malcorra, indicó a mediados de diciembre que su país asumía la jefatura del bloque suramericano.
En una misiva publicada en la cuenta de Twitter de la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, y dirigida a sus homólogos miembros del bloque, se indica que «Venezuela hace formal entrega de la presidencia del Mercosur a la República Argentina, tal como corresponde conforme a la legalidad y los tratados constitutivos de este bloque regional».
Sin embargo, la canciller argentina indicó a mediados de diciembre que ejercía la presidencia del Mercosur, después de que a principio de mes el bloque comunicara a la nación caribeña que cesaba de ejercer sus «derechos inherentes» como Estado parte, por haber incumplido el Protocolo de Adhesión.
Tras el anuncio de Malcorra, la canciller venezolana se pronunció e indicó que no reconocía el «autonombramiento» de Argentina como nuevo presidente del bloque y que continuaba ejerciendo el mandato temporal del Mercosur.
En el escrito publicado hoy, Rodríguez indica que, además de entregar la presidencia pro tempore por finalizar su período, también entregó un informe con las actividades que se desarrollaron durante el período en el que Venezuela ejerció la jefatura del bloque.
En ese sentido, la canciller venezolana, mediante el documento, reitera sus «votos por una Suramérica unida y en armonía con sus procesos históricos e identidad de sus pueblos».
Asimismo, Rodríguez añadió en otro mensaje publicado en la misma red social que Venezuela ha ejercido «legítimamente la presidencia del Mercosur durante el semestre que corresponde, resaltando la dimensión social y de DDHH del bloque».
El pasado 30 de julio Venezuela comunicó, también mediante una carta, a los países miembros del Mercosur – Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina- que asumía la presidencia pro tempore de la organización regional, una vez que Uruguay anunció que finalizó la suya.
Para ese momento, algunos Estados miembros del Mercosur, como Paraguay y Brasil ya se oponían a que Venezuela asumiera la presidencia del bloque, debido a que sostenían que el país caribeño no tenía las condiciones políticas y económicas para desempeñar el cargo.
La Cancillería paraguaya fue una de las más activas a la hora de rechazar esa asunción, en un principio basándose en que se trataba de una decisión «unilateral», al no realizarse en el marco de la tradicional Cumbre de jefes de Estado del Mercosur.
Posteriormente, esa Cancillería destacó que Venezuela seguía sin adherirse a normativas internas del Mercosur, como el protocolo en materia de derechos humanos redactado en la pasada Cumbre de jefes de Estado del bloque, celebrada en diciembre de 2015 en Asunción.
A mediados de septiembre, Argentina, Brasil y Paraguay, con la abstención de Uruguay que permitió el consenso, decidieron que, si para el 1 de diciembre Venezuela no se había puesto al día con el Mercosur, sería suspendida por tiempo indeterminado del bloque.
Venezuela, que ingresó al bloque en 2012, tras la suspensión de Paraguay, tenía desde entonces un plazo de cuatro años para adecuar su normativa nacional a las exigencias del Mercosur para completar su adhesión al ente regional, tiempo que expiró el 12 de agosto.
A principios de diciembre, el Gobierno que preside Nicolás Maduro comunicó a los Estados parte del Mercosur que Venezuela está «en condiciones» de adherirse a una parte del protocolo normativo del bloque subregional y que además había incorporado el 95 % de la normativa de la organización.
Pese a esto, los cuatro países fundadores del Mercosur comunicaron a Venezuela que cesa de ejercer sus «derechos inherentes» como Estado parte del bloque regional, tras haber incumplido las obligaciones asumidas en el Protocolo de Adhesión.
Tras esta suspensión, la oposición venezolana reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) acusó a las políticas «desacertadas» de los Gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro de ocasionar la «expulsión» de Venezuela del Mercosur y calificó el hecho como una «humillación pública».
Comentó que Venezuela ingresó al Mercosur «sin cumplir con los requisitos que esta alianza comercial establecía» por lo que la consecuencia no podía ser otra que esta «lesión» que afecta «el prestigio de la República».
Hoy, el presidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento venezolano, el opositor Luis Florido, expresó en su cuenta de Twitter, luego de conocer la comunicación de Venezuela, que el «régimen de Maduro tuvo que resignarse y meterse por el carril de Mercosur». EFE