El enfoque de los servicios de salud en el mundo debe basarse en el valor y no en el costo y en la cantidad de procedimientos para que puedan ser sostenibles a corto, medio y largo plazo, afirma Rafael Casas-Don, vicepresidente de acceso a los mercados para Latinoamérica de la firma Medtronic.
En una entrevista con Efe en Miami, donde la empresa proveedora de servicios, equipos y tecnología médica con mas de 50 años de andadura acaba de presentar un estudio sobre los servicios de salud realizado en 25 países, cuatro de ellos latinoamericanos, Casas-Don subraya la necesidad de un «nuevo paradigma» en este campo.
The Economist Intelligence Unit (EIU) es la autora de este estudio con el que se pretende determinar hasta qué punto el cuidado de la salud basado en valor está implantado en los países escogidos, mediante un marco de indicadores muy variados.
El cuidado de la salud basado en valor (VBHC, por su sigla en inglés) consiste en crear y operar un sistema que dé prioridad a que los procedimientos tengan resultados relevantes para los pacientes sin tener en cuenta el costo.
Es un modelo de «riesgo compartido» entre proveedores, pagadores, médicos, hospitales y otros actores, que asumen la responsabilidad de que ese resultado ocurra y no solo el procedimiento. En caso de no darse el resultado, el paciente no paga el procedimiento, dice el estudio realizado por EIU.
«No solo suena bonito, es absolutamente crítico poner al paciente en el centro», dice Casas-Don a Efe.
Medtronic, que empezó en el campo de los marcapasos y hoy tiene una amplia oferta de servicios y equipos, considera que es el momento de abrir un debate sobre el tema en el que participen todos los actores y cree que el estudio de EIU puede servir de base.
De los 25 países analizados, solo Suecia muestra un alineamiento «muy alto» a los principios del cuidado de salud basado en el valor, en el Reino Unido es «alto» y en un grupo de diez países (Colombia, Francia y Estados Unidos entre ellos) es «moderado».
China, España, Brasil, México y Chile forman parte del grupo de trece países donde el alineamiento es «bajo».
Aunque se pueda pensar que apostar por «el valor» significa más costo, Casas-Don señala que «no tiene por qué ser así». Es más, Medtronic opina que «es lo opuesto».
«Es sustentable si se comparten los riesgos» entre todos los actores del sistema de salud, subraya.
Al respecto menciona que en el sistema actual no siempre los países donde más se gasta en servicios de salud son los más eficientes y menciona como ejemplo a EE.UU., donde se realizan «procedimientos que no son absolutamente necesarios».
Si nos enfocamos en el paciente, en «las mejores soluciones, procedimientos y arreglos» y nos comprometemos con «alcanzar resultados basados en evidencias clínicas», hay «menos espacio para la especulación y la ineficiencia», afirma este cubano llegado a Puerto Rico a los 13 años y luego radicado en Estados Unidos.
Se trata de maximizar el porcentaje de éxito y para eso es muy importante, dice, tener un buen conocimiento del paciente, un buen sistema de datos, uno de los puntos débiles de los sistemas de salud en América Latina.
La integración tecnológica de los datos del paciente va «un paso o dos más atrás» que el avance de la tecnología en general en los países latinoamericanos, dice Casas-Don.
Según el estudio de EIU para Medtronic, en América Latina la mayoría de los sistemas de salud son costosos, muestran desigualdad de acceso y, sobre todo, se centran en solventar problemas médicos específicos, pero no proponen una visión a largo plazo que le garantice al paciente un futuro más saludable.
De los cuatro países latinoamericanos estudiados destaca Colombia por la nueva política de salud definida por el Gobierno este año, que según el estudio contiene «muchos elementos de principios del cuidado de salud basado en el valor», especialmente el hecho de que el paciente (y no los servicios de salud) sea «la piedra maestra».
Como ejemplo concreto del nuevo enfoque al que apuesta Medtronic Casas-Don menciona un proyecto en Holanda que se ha propuesto lograr un incremento en el control de la glucosa en un grupo de enfermos de diabetes con el fin de reducir en un porcentaje determinado las admisiones hospitalarias por ese motivo.
Ya no se trata solo de suministrarles bombas de insulina, dice Casas-Don para explicar que el nuevo paradigma requiere un «cambio de mentalidad». EFE