Miles de ciudadanos salieron hoy a las calles de las principales ciudades de Brasil para mostrar su descontento por la cada vez más evidente corrupción de buena parte del arco político brasileño.
La convocatoria realizada por diversos movimientos sociales llamaba a los brasileños a manifestarse contra el polémico paquete de medidas anticorrupción que fue aprobado esta semana por la Cámara de Diputados y a favor de las investigaciones sobre la trama de corruptelas que envuelven a la petrolera estatal Petrobras.
En Río de Janeiro, miles de cariocas se concentraron en la emblemática playa de Copacabana, muchos de los cuales vestían con los colores verde y amarillo de la bandera brasileña y mostraban carteles con el mensaje «yo apoyo la Lava-Jato», como se conoce a la investigación de la trama de corrupción enquistada en Petrobras.
La investigación en la petrolera, que ha reconocido un agujero de cerca de 2.000 millones de dólares debido al pago de coimas y a desvíos de sus fondos, ha supuesto en los últimos meses la condena de numerosos políticos, empresarios y ejecutivos de la compañía.
Precisamente esta semana los responsables de la investigación en Petrobras amenazaron con abandonar el caso debido a la propuesta aprobada por la Cámara Baja en la que, en un principio, se pretendía incluir una posible amnistía a casos antiguos y que propone castigar con cárcel a fiscales y jueces que actúen por causas políticas.
En Brasilia unos 4.000 manifestantes, según cálculos de la Policía Militar, se concentraron pese a la lluvia en la Explanada de los Ministerios, frente al Congreso, portando carteles con mensajes tan contundentes como «el pueblo contra la corrupción» o «el poder emana del pueblo».
Protestas similares se reprodujeron en Sao Paulo, donde centenares de personas se manifestaron en la plaza Nossa Senhora da Conceição, y en otras capitales del interior, como Belo Horizonte (Minas Gerais) y Belem (Pará). EFE