La ONU denunció hoy que 9.758 personas han muerto en el conflicto armado en el este de Ucrania, de las que 2.000 eran civiles, mientras que unas 22.800 han resultado heridas, entre mediados de abril de 2014 y el pasado 1 de diciembre.
El informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU confirma el «fracaso» en la implementación de los Acuerdos de Minsk, adoptados en febrero de 2015, y que establecían un alto el fuego, la retirada de todo el armamento pesado, la convocatoria de elecciones locales en las zonas bajo control de los rebeldes prorrusos y la liberación de todos los rehenes.
Esos grupos armados mantienen el control de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania que hace frontera con Rusia.
En su decimosexto informe sobre la situación en Ucrania desde que estalló el conflicto, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU señala que ambos bandos «continúan utilizando armas prohibidas y no toman suficientes precauciones para evitar la destrucción de servicios básicos, como escuelas, guarderías y hospitales».
Los residentes en el área en conflicto viven bajo la amenaza permanente de las minas terrestres y hay restos de explosivos alrededor de casas y que contaminan las áreas cultivables.
Asimismo, los habitantes de las zonas separatistas no tienen libertad de movimiento y no hay transporte público que atraviese la llamada línea de separación entre los controles rebeldes y los del Ejército ucraniano.
Esto obliga a los civiles a caminar al menos tres kilómetros para llegar de un lado al otro, lo que hace el tránsito especialmente difícil para ancianos, discapacitados y familias con niños.
Según la ONU, son especialmente preocupantes las condiciones de los presos en Lugansk y Donetsk que «pueden estar sometidos a torturas y otros tipos de trato inhumano, tales como violencia sexual o de género».
El informe también denuncia las condiciones de vida de los desplazados internos en esas regiones, que «no pueden acceder a las prestaciones sociales» del Estado ucraniano, como las pensiones. EFE