La contaminación que cubre desde el pasado fin de semana el norte y el centro de China obligó hoy a cerrar durante unas horas el aeropuerto de Tianjin, así como las autopistas de esa ciudad, informaron medios de comunicación oficiales.
Pekín, Tianjin y una veintena de ciudades se encuentran en alerta roja -la máxima posible- por la elevada polución atmosférica hasta el próximo miércoles, lo que se ha traducido en la clausura de miles de fábricas y obras, restricciones al tráfico y la suspensión de clases en las escuelas primarias.
Tianjin es de momento la ciudad más afectada por la mezcla de niebla y contaminación, que llevó a los responsables del aeropuerto a cancelar sus actividades entre las 20.30 hora local del domingo (12.30 GMT) y las 10.00 de hoy (02.00 GMT), con la suspensión de 131 vuelos y el retraso de otros 75.
También en esa ciudad se cerraron todas las autopistas interiores.
Además de las ciudades de Pekín y Tianjin, también se han visto afectadas por la intensa contaminación las provincias de Hebei -en cuya capital, Shijiazhuang, llegó a superarse hoy una concentración de 1.000 partículas PM2,5 por metro cúbico-, Henan y Shandong.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja la exposición durante más de 24 horas a concentraciones superiores a 25 microgramos por metro cúbico de partículas PM2,5 (de menos de 2,5 micras de diámetro), las más pequeñas y perjudiciales.
En Pekín, los niveles de polución no son tan altos como en otras ciudades de sus alrededores, pero también exceden ampliamente los estándares recomendados por la OMS: a las 19.00 hora local (11.00 GMT) era de 214 partículas PM2,5 por metro cúbico, según la medición de la Embajada de Estados Unidos difundida por Twitter.
El gobierno municipal de la capital china forzó el cierre de 1.200 fábricas desde última hora del viernes y la paralización de todas las obras.
Asimismo, ordenó que todas las escuelas primarias y las guarderías permanezcan cerradas entre hoy y el miércoles y decretó que sólo puedan salir a las carreteras cada día la mitad de los automóviles de particulares, alternándose según tengan matrículas pares o impares. EFE