La saga «Underworld» llega a su quinta entrega, «Blood Wars» y su protagonista principal, la actriz británica Kate Beckinsale, asegura que se siente «privilegiada» por llevar trece años en un papel que ha marcado su trayectoria y al que siempre le gusta «volver».
Beckinsale dijo en una entrevista con Efe en Miami que, de esta entrega, le gusta la «fortaleza» de unos personajes femeninos que tienen siempre a los hombres a sus órdenes, un detalle «genial», según sus palabras.
«Creo que es lo que se estaba buscando y es una buena idea», afirma la actriz, quien destaca que ese paso se produzca de manera natural, «sin que sea un gran apartado de la trama».
Reencontrarse con Selene, su papel en «Underworld», también significa para Beckinsale trasladarse a un mundo de «fantasía» para ponerse en la piel de una mujer «poderosa y físicamente segura de sí misma» que puede «expresar su furia y su rabia».
Sin embargo, según ella, los seguidores se encontrarán con la Selene más «emocional» en esta quinta película, que se estrenará en los cines de Estados Unidos el 6 de enero y en España una semana después, el día 13.
En «Underworld: Blood Wars», Selene regresa para luchar de nuevo contra los licántropos pero, además, tiene que enfrentarse también a una facción de los vampiros que la traicionan.
Su único aliado es David, encarnado por Theo James, conocido por sus papeles en la saga Divergente, y el padre de éste, Thomas, al que interpreta Charles Dance (Tywin Lannister en «Game of Thrones».
Tobias Menzies, también con un papel en «Game of Thrones», y Lara Pulver, completan el reparto de una secuela que ha cambiado muchas caras respecto a sus orígenes pero que mantiene la constante de Beckinsale, cuya única ausencia fue en la precuela «Underworld: Rise of the Lycans».
Esta nueva producción se rodó en Praga, un escenario «precioso» que a Beckinsale le atrae porque apenas hay que montar sets de rodaje: «todo está allí, los castillos y las cuevas».
Una de las particularidades de la saga «Underworld» es el «largo espacio» de tiempo que separa a las películas entre sí, algo que ayuda a la británica a sentir que no es un papel «que haga todo el tiempo».
«También es bueno volver a ver a algunas de las personas que están en el equipo desde la primera película, como el equipo de dobles», comenta Beckinsale.
Al echar la vista atrás, recuerda como toda esta aventura de vampiros y licántropos comenzó como un «experimento».
La intérprete, que saltó a la fama con «Pearl Harbor» (2001) y dos años después inició «Underworld», «no estaba a la espera» de encontrar un papel con tal recorrido. «No era mi plan hacer eso con mi carrera, pero es un privilegio ser una de las pocas mujeres que hace esto una y otra vez», insiste.
«Supongo que Selene es parte de mi aunque no lo sienta así», reconoce la británica, que no confirma si habrá una sexta entrega de la historia de la cazadora de licántropos.
«Todas las veces que me han preguntado si habrá alguna más yo siempre he dicho que no y siempre he estado equivocada», dice, al tiempo que revela que los responsables de la película «han dejado el final abierto», como en las anteriores entregas.
Más allá de regresar a «Underworld» por cuarta vez, Kate Beckinsale vive un año dulce gracias a la pequeña producción irlandesa «Amor y amistad», un filme de época con el que la actriz está sumando nominaciones a mejor actriz en premios como los Gotham y los Critics Choice Awards.
Preguntada por si recibirá alguna nominación más durante lo que queda de la temporada de premios, la intérprete insiste en que ser reconocida es «encantador» pero que no piensa en ello.
Beckinsale, que actúa en varias películas independientes cada año, asegura que fue «muy agradable» participar en un proyecto como «Amor y amistad» y celebra «haber sido visible para otro tipo de público», algo que hace que su carrera se «equilibre».
El éxito de «Amor y amistad» le llegó por sorpresa, porque aunque estaba «enamorada» del proyecto, «nunca se sabe cómo van a ser distribuidas las pequeñas películas o si alguien las va a ver: es fantástico cuando encuentran su público».
Concienciada con la actualidad política, Beckinsale lamenta que, en la vida real, «los licántropos están ganando la guerra por el momento: son impredecibles, un poco salvajes y parecen estar en la cima». EFE