Las fuerzas de seguridad de once países europeos, Estados Unidos y Australia detuvieron a 34 personas por lanzar supuestamente ataques informáticos masivos, informó hoy la Oficina Europea de Policía (Europol).
La operación, respaldada por el Centro Europeo del Cibercrimen de Europol, se llevó a cabo en España, Bélgica, Francia, Hungría, Lituania, Holanda, Noruega, Portugal, Rumanía, Suecia, el Reino Unido, Australia y Estados Unidos del 5 al 9 de diciembre.
La mayoría de los detenidos son jóvenes menores de 20 años que lanzaban ataques informáticos de denegación de servicio (DDoS, en inglés), indicó Euroop en un comunicado.
Estos utilizaban servicios automáticos de «software» para inundar servidores y páginas web con cantidades masivas de información, de forma que estos dejaban de responder y se volvían inaccesibles para usuarios legítimos.
Durante la semana que duró la operación se llevaron a cabo otras acciones además de las detenciones, como la imposición de multas o el envío de notificaciones a los padres de los sospechosos de llevar a cabo este tipo de ataques.
El director del Centro Europeo del Cibercrimen, Steven Wilson, alertó de que los jóvenes «entusiastas de las nuevas tecnologías» pueden involucrarse en actividades criminales en internet sin darse cuenta de las consecuencias.
Según Wilson, las autoridades policiales deben adoptar como «prioridad» la interacción con los jóvenes para ayudarles a encontrar «objetivos más constructivos» para sus habilidades informáticas.
El representante de Europol hizo hincapié en que muchas de las aptitudes que demuestran los jóvenes involucrados en este tipo de actividades delictivas son «muy demandadas» por empresas y en que existen muchas oportunidades laborales en el campo de las nuevas tecnologías, más allá del cibercrimen.
Según un informe publicado el pasado mes de octubre por Europol, es necesario desarrollar estrategias de prevención y promover alternativas «positivas y legales» para canalizar el talento joven hacia carreras en los sectores tecnológicos y de seguridad. EFE