Los congresistas de origen cubano por Florida Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart se mostraron hoy «esperanzados» de que el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, acabe con las «concesiones unilaterales» del presidente Barack Obama a Cuba.
Cuando se cumplen dos años del anuncio de Obama del proceso para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba tras cincuenta años de ruptura, que se consolidó en julio de 2015, ambos congresistas repudiaron el acuerdo al considerar que no ha beneficiado al pueblo de Cuba sino al Gobierno de la isla y a «los grandes negocios».
Para Lehtinen y Díaz-Balart, que se pronunciaron en una rueda de prensa en Miami (Florida), se trata de una «política fracasada» que se evidencia en la «desesperación» de miles de cubanos que están huyendo de la isla.
Ambos representantes estatales, en compañía del excongresista por Florida Lincoln Díaz-Balart, se mostraron confiados en que Trump, quien asume la Presidencia el próximo 20 de enero, «va a echar marcha atrás» a las políticas de Obama.
Lehtinen aseguró que aunque «Trump no ha sido tan específico» como han querido ellos, lo ha sido «antes y después de la campaña» a la hora de expresar que va a «revertir» los actuales acercamientos.
Lincoln insistió que ese cambio es cumplir los tres objetivos que marca la Ley de Ajuste Cubano sobre libertad de los presos políticos, legitimación de partidos políticos, sindicatos y prensa libre, y convocatoria a elecciones libres.
Por su parte, Mario Díaz-Balart cuestionó el «aumento de la represión» en la isla, los arrestos arbitrarios, la violación a los derechos humanos y de la migración masiva que se ha producido en los últimos años.
La llegada de cubanos a EE.UU. se ha quintuplicado en los últimos cinco años, al pasar de 8.000 durante el año fiscal 2011 a más de 44.000 en el año fiscal 2016, que terminó el pasado 30 de septiembre.
El Gobierno de EE.UU. acordó en diciembre de 2014 con el cubano iniciar un proceso de normalización de relaciones que ya ha dado frutos como la reapertura de las embajadas respectivas en julio de 2015 y la autorización de determinados cruceros y vuelos a la isla.
No obstante, persiste el embargo económico estadounidense a Cuba, que solo puede levantarlo el Congresos estadounidense o que termina si Cuba cumple la demandas de democracia y respeto a los derechos humanos, entre otras condiciones que exige la Ley de Ajuste Cubano de 1996.EFE