Canadá anunció que prohibirá el uso de amianto en 2018, una sustancia altamente cancerígena, tras años de resistencia por parte de las autoridades canadienses que se negaron a adoptar la medida para proteger un sector que fue un importante motor económico de la provincia de Québec.
El Gobierno canadiense explicó hoy en una rueda de prensa celebrada en Ottawa que creará nuevas normas para prohibir la producción, uso, importación y exportación de amianto y que «actualizará» su posición en los foros internacionales sobre la peligrosidad de este mineral.
Durante años, Canadá se opuso a que el amianto fuera incluido en la lista de materiales peligrosos del Convenio de Rotterdam, que impone límites al comercio internacional de productos químicos y plaguicidas tóxicos y perjudiciales para el medio ambiente.
El convenio entró en vigor en 2004 pero Canadá solo anunció en 2011 que dejaría de oponerse a la inclusión del amianto en el listado aunque tampoco expresó apoyo a la medida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga el amianto, un mineral fibroso utilizado como aislante en el sector de la construcción, como un peligroso cancerígeno que causa mesotelioma, una forma rara de cáncer que afecta a las células que protegen los órganos internos del cuerpo, así como cáncer de pulmón.
La inhalación de minúsculas cantidades de amianto puede producir cáncer.
Hasta 2011, Canadá fue uno de los principales productores y exportadores mundiales de amianto pero en 2011 las dos últimas minas canadienses del mineral fueron cerradas de forma inesperada ante la falta de apoyo económico gubernamental.
Tras el cierre de las minas, el Gobierno canadiense abandonó su oposición a la inclusión del amianto en el Convenio de Rotterdam.
En 2010, Canadá produjo unas 100.000 toneladas de crisotilo de amianto.
Se estima que unas 2.300 personas son diagnosticadas anualmente en Canadá con cánceres provocados por el amianto.
En 2013, el número de muertes en Canadá a consecuencia de mesotelioma se situó en la cifra récord de 580, más del doble de las causadas a finales del siglo XX.
Unos 125 millones de personas en todo el mundo están expuestos a amianto en sus puestos de trabajo y la OMS estima que la mitad de los cánceres ocupacionales son causados por el amianto.
La ministra de Sanidad de Canadá, Jane Philpott, declaró hoy que «en toda Canadá y el mundo, los cánceres relacionados con el amianto dañan a familias canadienses y suponen una significante carga para nuestros sistemas sanitarios».
«Nuestro Gobierno está actuando para proteger a los canadienses de sustancias como el amianto que pueden ser dañinas para su salud y seguridad», añadió Philpot.
EFE