La cotización bursátil de GEO Group y Civic Core, las principales empresas que gestionan cárceles privadas en Estados Unidos, han subido cerca de un tercio en la última semana, desde el triunfo del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales el pasado martes.
El «mayor factor» de este aumento del valor bursátil de las grandes empresas del sector se debe a la promesa de Trump de «fortalecer las leyes de inmigración», según el especialista en comunicaciones del centro de investigación In The Public Interest, Jeremy Mohler.
En su opinión, este endurecimiento de las leyes migratorias bajo en mandato de Trump, que ha prometido deportar a millones de indocumentados, puede acarrear un posible aumento de centros de detención con «malas condiciones».
«Dos terceras partes de los centros de detención de Estados Unidos están privatizados», explicó a Efe Mohler, cuya organización promueve el control democrático de los bienes y servicios públicos.
Antes de las elecciones, GEO Group cotizaba sus acciones a 23,88 dólares y tras el triunfo de Trump comenzó el pasado miércoles un ascenso inmediato que la mantiene hoy alrededor de los 31,20 dólares.
Un crecimiento similar registró Civic Core, que hasta el pasado 28 de octubre se denominaba Corrections Corporation of America (CCA), la otra grande, dueña de la mayor parte de los centros de detención de inmigrantes, que pasó de los 14,1 dólares por acción a 20,42.
Todo durante una semana en la que Trump anunció que deportará inmediatamente a tres millones de inmigrantes con «antecedentes penales» que, según el director ejecutivo de la ONG Grassroots Leadership, Bob Libal, serán «en su gran mayoría» personas que cuentan con «crímenes menores» e incluso que «nunca han estado en prisión».
En declaraciones a Efe, Libal insistió en que esas futuras personas deportadas irán a parar a centros de detención «realmente problemáticos» y en los que se podrían cometer «violaciones de los derechos humanos».
«Estamos preocupados, va a ser horrendo para los inmigrantes», lamentó Libal, que opinó que la postura de Trump a este respecto es «completamente reprobable».
En la misma línea se expresó Mahler, al comentar el estado en el que viven los presos dentro de los centros de detención: «se viven historias de terror continuamente».
Según la cotización de estas dos empresas, la victoria de Trump ha mejorado sus perspectivas económicas de futuro, después de que el pasado mes de agosto el Departamento de Justicia anunciase que iba a cancelar sus contratos con cárceles privadas.
Pocos días después, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Jeh Johnson, anunció que analizarán si los centros de detención de inmigrantes con los que trabaja Inmigración «deberían seguir el mismo camino».
Sin embargo, The Wall Street Journal informó recientemente que el propio Johnson se vio forzado a buscar más espacio en las cárceles privadas ante el creciente número de personas que entran por la frontera sur y que, en octubre pasado, fue de 46.195.
Más de 400.000 inmigrantes cruzaron hacia Estados Unidos por la frontera suroeste y fueron apresados por la Patrulla Fronteriza en el año fiscal 2015, que concluyó el pasado 30 de septiembre, lo que supuso un aumento del 23 % en relación al año fiscal anterior.
«Si hay un aumento importante en la detención de inmigrantes, las empresas de prisiones privadas tienen realmente mucho que ganar», aseveró Mohler. EFE