El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, siguió hoy con sus reuniones para perfilar el equipo que lo acompañará en la Casa Blanca, con las listas de favoritos cada vez más nutridas y con una fuerte polémica por uno de los elegidos.
Desde la torre de Nueva York que lleva su nombre y que se ha convertido en el cuartel general de la transición, Trump se reunió hoy con una serie de colabores directos o con políticos con los que hasta hace poco mantenía una fuerte rivalidad.
Allí llegaron, por un lado, el vicepresidente electo, Mike Pence, convertido en jefe del equipo de transición, y, por otra, el senador por Texas Ted Cruz, el rival más difícil que tuvo Trump en la elección interna republicana.
El primero entró a los ascensores de la Torre Trump saludando con la mano a los periodistas que hacían guardia, cerca del mediodía, y el caso del segundo, sin embargo, fue peor, porque debió ingresar por la puerta de atrás, aunque una portavoz confirmó la reunión.
Cruz, según esta fuente, «tuvo el placer de tener la oportunidad» de reunirse con Trump hoy en Nueva York, y recordó las promesas hechas por este último sobre programas oficiales de salud, asegurar mejor las fronteras y crear mejores puestos de trabajo.
«En nombre de los 27 millones de texanos que representa, el senador confía en asistir a la Administración Trump para conseguir estos objetivos», dice el comunicado difundido por la portavoz de Cruz, Catherine Frazier.
Pence, por su parte, que estuvo dentro de la Torre Trump por cerca de seis horas, fue parco en sus declaraciones, y al salir sólo dijo que había sido un «gran día» cuando fue consultado sobre el desarrollo de la jornada.
De momento, Trump solo ha hecho dos nombramientos de alto nivel, el pasado domingo: el jefe de Gabinete, puesto que asumirá el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus; y el de jefe de estrategia y consejero sénior, Stephen Bannon.
La elección de este último, considerado como una de las voces más sonoras de la derecha radical que apoya a Trump, ha sido muy criticada en círculos políticos y en la prensa, que recuerdan sus comentarios racistas y misóginos de los últimos meses.
Hoy fue el turno del líder demócrata en el Senado, Harry Reid, quien acusó a Trump de colocar en un puesto clave de su futura Administración a un «campeón de los supremacistas blancos»
«¿Qué mensaje envía Trump a una muchacha que se despierte temerosa de ser una mujer de color en Estados Unidos»?», preguntó Reid refiriéndose al nombramiento de Bannon, que ha sido ensalzado por grupos de la ultraderecha del país.
«Demuestre a Estados Unidos que el racismo, el abuso y la intolerancia no tienen lugar en la Casa Blanca», dijo Reid, dirigiéndose a Trump.
Mientras tanto, siguen fluyendo en la prensa los nombres de las personas que posiblemente acompañarán a Trump desde que en enero asuma la Presidencia de Estados Unidos, relevando al demócrata Barack Obama, que completará ocho años en el poder.
Uno de ellos es el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, que suena para secretario de Estado o como fiscal general, aunque este último puesto parece que está más lejos, según dijo en un foro en Washington en el que participó este lunes.
Fuentes de la CNN, sin embargo, sostienen que Giuliani tendrá problemas para asumir la jefatura de la diplomacia de Estados Unidos por la asesoría que dio una compañía suya a una filial estadounidense de la petrolera venezolana, PDVSA.
El vestíbulo de la Torre Trump fue el escenario hoy, otra vez, de un trasiego de personalidades políticas que ingresaban a un edificio donde Trump tiene sus oficinas y también su residencia personal.
Pero también accedieron otras personas de su entorno familiar, como Marla Maples, la segunda esposa Trump y madre de una de sus hijas, Tiffany.
Se espera que en los próximos días Trump vaya proporcionando más nombres del equipo que lo acompañará, hasta que se conozca la lista de los cargos más importantes que asumirán los cargos en enero.
De momento, hay una persona que ya ha rechazado sumase al equipo, el precandidato presidencial republicano Ben Carson, quien, por medio de un portavoz, negó cualquier intención de asumir cualquier cargo oficial en el futuro Gobierno de Trump.
Otros, en cambio, como el general retirado Keith Kellogg, quien también visitó hoy la Torre Trump, dejó clara su disposición para sumarse al equipo del futuro gobernante si se lo pide.
«Si el presidente de Estados Unidos, o el presidente electo, te ofrece una posición que incluya hasta pasear sus perros, tienes que pensarlo seriamente», afirmó el general retirado a los periodistas que hacían hoy guardia en la Torre Trump. EFE