Viajar a Cuba, conocida por sus contrastes, su música y el calor sofocante, es trasladarse al corazón de la experiencia caribeña, y así quiere recrearlo una exposición presentada hoy en Nueva York.
El Museo Americano de Historia Natural presentó «¡Cuba!», una muestra que recrea los paisajes y las especies distintivas de una de las islas con mayor diversidad biológica del Caribe, además de explorar la riqueza de su cultura e historia.
La exposición, que presenta a ese país como «el hogar de lo inesperado», invita a descubrirlo desde una nueva perspectiva a través de la reproducción de animales vivos, cuevas, bosques y arrecifes coralinos, además de objetos culturales característicos.
La muestra está organizada en colaboración con el Museo Nacional de Historia Natural de La Habana, y es uno de los frutos de la cooperación entre Estados Unidos y Cuba desde que los dos países decidieran reanudar sus vínculos, en diciembre de 2014.
«Estamos encantados de trabajar con el Museo Nacional de Historia Natural de La Habana en una colaboración innovadora para presentar esta importante exposición explorando la increíble y única naturaleza y cultura de Cuba», declaró en la apertura de la exposición la presidenta del museo estadounidense, Ellen V. Futter.
El archipiélago cubano, formado por más de 4.000 islas y cayos, cuenta con un alto porcentaje de especies endémicas -que sólo habitan en la isla-, como el zunzuncito, el ave más pequeña del mundo, la boa y el cocodrilo cubano, cuyas réplicas se pueden ver en esta exposición.
Con una vibrante música de fondo, la muestra ofrece una recreación del ecosistema de las ciénagas de Zapata, un área de conservación de vida silvestre única que cuenta con extensos bosques naturales y pantanos, y del Parque Nacional Alejandro de Humboldt.
También destaca la reproducción de los arrecifes de coral de los Jardines de la Reina, la reserva marina más grande del Caribe, adornados con peces y coloridas estrellas de mar.
La reconstrucción del ambiente de las cuevas y los humedales permite a los visitantes examinar restos fósiles, reptiles y anfibios mientras escuchan los sonidos de la rana ribereña y de las diferentes especies de aves que viven en la nación insular.
La exhibición incluye una gran variedad de experiencias interactivas tales como un video de 10 minutos que recorre la historia de Cuba desde sus primeros pobladores hasta la actualidad, y varias ilustraciones que evocan la vida en las calles y transportan a los grandes bulevares y plazas de La Habana y Cienfuegos.
En las mesas que decoran el espacio se ubican varias vitrinas con platos típicos de la gastronomía cubana, como frituras de malanga, arroz con frijoles y guayaba con queso, y se puede oler el aroma de una taza de café o de un puro cubano.
También se exhiben otros objetos cotidianos como un Chevrolet Bel Air de 1955, uno de los tantos automóviles antiguos que siguen en circulación y cuyo estruendo aún se puede escuchar a diario en las calles de la isla.
Otros rincones destacados incluyen un altar que honra la religión de los orichas, una galería de arte cubano contemporáneo y un espacio que muestra el proceso de fermentación de las hojas de tabaco que se produce en las fábricas del país.
Esta novedosa exposición se abre con fotografías de gran tamaño de cubanos que viven dentro y fuera del país y fragmentos de entrevistas en las que comparten sus visiones sobre la vida en Cuba hoy y su realidad cambiante.
«Yo defino al cubano como una persona valiente, que ha aprendido a vivir con muchos problemas… que vive cada día para tratar de vivir el próximo», reza uno de los textos.
La exposición estará abierta al público desde el próximo 21 de noviembre hasta el 13 de agosto de 2017. EFE