Latinoamérica es la región en vías de desarrollo más avanzada en el acceso a antirretrovirales pero un 45 % de la población con VIH aún no recibe tratamiento, por lo que gobiernos, organizaciones y la industria se han comprometido a lograr la cobertura universal para 2030.
«Una dificultad es que las personas no están al tanto de que viven con VIH» y otro «reto es la inversión que deben hacer los Gobiernos», explicó a Efe Massimo Ghidinelli, jefe de la unidad de VIH de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con motivo del Día Mundial de Lucha contra el Sida, este 1 de diciembre.
El 55 % de los dos millones de personas con VIH de la región está bajo tratamiento antirretroviral y la meta para 2030 es que el 95 % tenga acceso a estas terapias, cuyo preció pasó de unos 10.000 dólares por persona al año en el 2000 a 100 dólares en 2015.
Para lograrlo, según Ghidinelli, la región se ha planteado combatir el subdiagnóstico, que llega casi al 40 % en la región, y ampliar el acceso a los antirretrovirales, que representan en promedio un 75 % del costo de la atención de los pacientes con VIH/sida.
Datos entregados por los Gobiernos al Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) muestran que Colombia (88 %), Brasil (74,6 %), Chile (69,9 %), Panamá (64,3 %) y Uruguay (65 %) lideran la cifra de adultos y niños que reciben terapia antirretrovírica en la región.
En el caso de Brasil, sostiene el funcionario de la OPS, el acceso es mayor, incluso en las nuevas terapias, por sus políticas integrales, que contemplan la distribución gratuita de antirretrovirales.
Entregar nuevas terapias es difícil porque «son más costosas, requieren más inversión y la demanda es limitada», pero algunos «países le han apostado a la gratuidad y a las alianzas, como Brasil», afirmó.
Natalia García, directora médica de VIH de GSK para Colombia, señaló a Efe el compromiso de la industria con la meta regional y mencionó como ejemplo que Brasil incorporará en 2017 el medicamento más reciente de esa farmacéutica al paquete gratuito para pacientes con VIH, tras un acuerdo con el que el Gobierno dice que obtuvo un descuento de 70 % respecto al precio comercial.
García también indicó que se han liberado patentes de medicamentos en países de bajos y medianos ingresos en los que el sida es una epidemia y los Gobiernos no tienen recursos.
«El otro problema para la región es que el sida es una patología crónica, la gente ya no muere por esta enfermedad, y esto implica costos de atención a largo plazo», expresó.
«Además, se necesita evaluar la costo-efectividad de los medicamentos, que garanticen más vida y adherencia al tratamiento, pero que no quiebren a los sistemas», añadió.
Esta es la política con la que Cipla, una firma india conocida por la fabricación a bajo coste de medicamentos contra el sida, asegura que arribó a Brasil y Colombia.
Anant Atal, gerente general para América Latina de Cipla, enfatizó que impulsarán su visión de que a «nadie se le debe negar el tratamiento», con la que se logró que en los años noventa en África las terapias pasaran de 30.000 dólares a 360 por persona al año.
Cipla defiende apoyar a los sistemas de salud de la región, la liberación de patentes en países emergentes y coincide en que la gran barrera es identificar a los pacientes.
«Vemos que para lograr la meta de cobertura hay que trabajar en tres frentes: diagnóstico, moverse a los genéricos y manejar el costo real de los medicamentos», advirtió a Efe Atal, al recordar la responsabilidad de los sistemas de salud en la decisión de compra.
Según Onusida, se calcula que desde el año 2000 se han invertido 187.000 millones de dólares en la respuesta a este mal, usando recursos nacionales y de organismos como el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, que financia programas en países de bajos ingresos e ingresos medio bajos.
«Este será el otro desafío en los próximos años porque varios países de Latinoamérica están en una transición para ser de ingreso medio», con lo que no serán elegibles para recibir esa financiación externa y tendrán que hacer inversiones locales, alertó Ghidinelli.
El avance «es extraordinario» pero «también es increíblemente frágil», dijo en vísperas del Día Mundial Contra el Sida Michel Sidibé, director Ejecutivo de Onusida, quien estimó que por cada dólar invertido en la lucha contra la enfermedad «se produce un beneficio de 17 dólares». EFE