El equipo de la sede central de campaña en Brooklyn (Nueva York, EEUU) de la candidata demócrata Hillary Clinton encara los últimos días antes de las elecciones con mucho cansancio acumulado pero también con mucha emoción, explicó a Efe la responsable de comunicación para medios latinos Paola Ramos.
En las dos plantas que ocupa el cuartel general de Clinton se coordina un trabajo de campaña que implica a más de 600 personas, muchos de ellos desplazados estos últimos días para el contacto puerta a puerta en estados como Florida, Nevada y Colorado, donde pueden decidirse las elecciones del martes 8 de noviembre.
Poca infraestructura más allá de ordenadores personales, mesas y sillas. Algunos trabajan en el suelo en enormes cojines en los que también pueden echar una cabezada para seguir el ritmo en unas jornadas de 16 horas.
«Aquí comemos pizza cada día», señala Ramos con estoicismo al pasar por una mesa llena de cajas. La cafeína es el otro gran combustible, y en todos los rincones hay latas de refresco y tazas de café para llevar.
En las paredes, plagadas de enormes «H» y eslóganes como «Stronger together», banderas de EE.UU., pero también de Puerto Rico, República Dominicana, México y otros países.
«Alrededor de un 30 % del personal y voluntarios de campaña son latinos», cuenta la responsable de comunicación, que añade que más de la mitad del equipo son mujeres.
Puertorriqueños, dominicanos, mexicanos, colombianos e incluso algún español trabajan en la campaña por Clinton, muchos de ellos aún no siendo ciudadanos y por tanto sin poder votar.
«Es lo bonito de todo esto. Están aquí porque creen que estas elecciones son muy importantes para este país y para el mundo», destacó.
Ramos, estadounidense criada en España y con sangre mexicana y cubana, señaló que la reapertura del caso de los correos electrónicos por el FBI del pasado viernes no solo no ha afectado el ánimo del cuartel general de Clinton sino que les da «más fuerza» para seguir adelante.
«Nosotros seguimos enfocados en nuestro trabajo. Después de lo que pasó el viernes la gente tiene más preguntas sobre cuál es el ángulo de la investigación del FBI que otra cosa. Al final del día la gente quiere saber qué puede hacer Clinton por ellos, cómo piensa aprobar la reforma migratoria o aliviar la deuda estudiantil de sus hijos», apuntó.
En la edición en español de las redes sociales de Clinton está el puertorriqueño Samuel Olivares, que llegó hace unos años a Nueva York para estudiar relaciones internacionales y asuntos de género.
«Me marcó mucho que mi madre fuera la primera de la familia, con dieciocho hermanos, en ir a la universidad, allá en Puerto Rico. Por su ejemplo estoy aquí», señaló a Efe.
Olivares destacó el hecho de que la nieta de Clinton esté aprendiendo español. «Para Hillary, que lleva tres décadas en contacto con los latinos de este país, y para su hija Chelsea, es muy importante que los niños sean bilingües», aseguró.
Mónica Guardiola, abogada de la campaña, de padres mexicanos, fue una de las primeras personas en formar parte del equipo en el cuartel general, hace algo más de un año y medio.
«Éramos apenas cincuenta personas, las paredes estaban blancas y teníamos mucho espacio», cuenta entre risas.
«Ahora es más estresante y estamos cansados, pero también es emocionante y estamos llenos de energía porque el martes este país va a tener a una presidenta», contó confiada en la victoria.
Guardiola es una de las encargadas de coordinar a los voluntarios que estarán en los centros de votación ayudando a los que vayan a votar para proteger su derecho y observando cómo transcurre una jornada que muchos prevén termine con el republicano Donald Trump poniendo en duda el resultado si pierde su candidatura.
Preguntados sobre si han puesto un mote al polémico magnate, Ramos simplemente sonríe.
«Trump está muy presente aquí todo el día en las conversaciones. Lleva un año insultándonos», dice la responsable de comunicación, que apunta que los ataques a la comunidad mexicana han provocado que comunidades latinas con querencia por los candidatos republicanos, como los cubanoestadounidenses de La Florida, vayan a apoyar a Clinton.
Preguntada sobre cuáles han sido los retos de comunicación de campaña, Ramos niega la arenga de Trump de que la demócrata es la preferida de los grandes medios de comunicación, y apunta que lo más complicado ha sido «contar la verdadera historia de quién es Hillary Clinton».
«Hace tres décadas que está en el ojo público y por ello se la relaciona en los medios con cosas negativas como Washington o Wall Street. Y el reto ha sido mostrar su trabajo desde que es estudiante y sus logros como senadora y secretaria de Estado, su verdadera historia», añadió Ramos, que dice que cuando todo termine lo primero que hará es «dormir».
El martes por la noche las dos plantas que ocupa el equipo serán ya solo un recuerdo, quizá el del cuartel general de campaña de la primera mujer que consigue llegar a la presidencia de EE.UU. EFE