Un jurado en Nueva York comenzó a evaluar este lunes la evidencia en contra de dos familiares del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusados de narcotráfico, mientras la defensa insistió en el primer día del juicio en socavar la credibilidad de los principales testigos y los «errores» de la DEA.
Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, sobrinos de la primera dama de Venezuela, la senadora Cilia Flores, se sentaron por primera vez en la misma sala de la corte federal para el distrito sur en Manhattan con el jurado que durante dos semanas evaluará la evidencia y deberá decidir por unanimidad su culpabilidad o inocencia.
Durante la presentación de los argumentos, el fiscal Emil Bove dijo al jurado que los acusados, que se declararon no culpables, planificaban traer droga a Estados Unidos usando el hangar presidencial y que fueron grabados en secreto.
Los 800 kilos de cocaína que presuntamente enviarían a este país irían de Venezuela a Honduras y de allí a Estados Unidos, de acuerdo con la fiscalía.
«Ellos creían que eran los suficientemente poderosos en su país como para llevar la cocaína de un aeropuerto a otro», dijo Bove, que presentó el caso al jurado ante la presencia de su jefe, el fiscal federal de Manhattan Preet Bharara, que estuvo en la sala hasta que concluyeron los argumentos de la fiscalía.
En la sala estuvieron además la esposa y novia de Campo Flores y Flores de Freitas, respectivamente, a quienes el juez Paul Crotty permitió que tuvieran un reencuentro en la sala con sus familiares al terminar el primer día el juicio, que comenzó cerca de cumplirse el primer año de sus arrestos, el 10 de noviembre de 2015 en Haití.
Tras su detención por policías haitianos, ambos, acusados de conspirar para exportar a EE.UU. unos 800 kilos de cocaína, fueron traídos el mismo día a Nueva York en un avión de la DEA, lo que la defensa ha cuestionado alegando que fueron secuestrados y que se violaron los derechos de sus defendidos.
De acuerdo con la fiscalía, durante ese viaje, los primos presuntamente confesaron a los agentes que participaron en la conspiración pero sus abogados argumentan que hubo coerción de los agentes para que lo hicieran.
En su turno, la defensa aseguró al jurado que Campo Flores, de 30 años, y Flores de Freitas de 31, son inocentes, que fueron dos «estúpidos» engañados por la DEA y destacaron que ellos nunca produjeron los 800 kilos de droga que alega la fiscalía.
Indicaron además a los 12 miembros del jurado, en su mayoría mujeres, que no hay nadie lo suficientemente sofisticado como para transportar esa cantidad masiva de droga y que no hubo ninguna conspiración.
«Este caso se trata de tres hombres (confidentes de la DEA que realizaron las grabaciones de los encuentros con los acusados y narcotraficantes) que tuvieron control de todo el caso. La evidencia demostrará que estos hombres tomaron las decisiones más importantes», del caso, dijeron al jurado.
«Todo lo que sabemos de este caso es que la información salió de la boca de los informantes», agregó la defensa, que alega hicieron todo por dinero.
Dos de los informantes de este caso, padre e hijo, que ganaron cerca de dos millones trabajando para la DEA durante algunos años, están cumpliendo cárcel desde agosto en California por acciones de narcotráfico, que hacían mientras trabajaban como confidentes.
La defensa intentó que el juez Crotty les descartara como testigos para el juicio, pero al no lograrlo han llevado su defensa a desacreditarlos ante el jurado, a los que aseguraron se trata de dos mentirosos.
Durante este primer día se trajo nuevamente a testificar al agente de la policía de Haití que esposó a los primos durante el operativo en su país y luego al agente Sandalio González, a cargo del caso.
La defensa hizo un agresivo interrogatorio del agente, a quien preguntó cuánto dinero había pagado a los informantes, pero éste dijo no recordar, respuesta que se escuchó varias veces, ante cuestionamientos del abogado.
Igualmente, la defensa le preguntó por qué no se había grabado el interrogatorio a los acusados durante el que presuntamente admitieron su participación en la conspiración, a lo que el agente alegó razones de seguridad, algo que cuestionó la defensa.
El jurado vio hoy varias fotos que muestran a los acusados en las reuniones que sostuvieron con los informantes en Honduras y Venezuela. Una de las fotos muestra a Campo Flores con un paquete en la mano que la fiscalía alega era cocaína y que la defensa trató de impedir que se presentara al jurado como evidencia.
Se espera que el juicio se prolongue por al menos dos semanas. EFE
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