Con su mítica camisa blanca, realzada con un clavel español, Carolina Herrera celebra sus cinco lustros en la moda, años en los que la diseñadora se ha empeñado en embellecer a la mujer con valiosas puntadas como la sobriedad o el clasicismo, al mismo tiempo que ha luchado para que la moda persevere.
«La camisa blanca me divierte, para mí es casi una cuestión de seguridad, pero no vivo en una camisa blanca», cuenta entre risas esta diseñadora, en un encuentro en Madrid con un pequeño grupo de periodistas.
El estilo elegante y sofisticado de esta venezolana también se encuentra en su libro «Carolina Herrera 35 years of fashion», editado por Rizzoli New York, en el que aparecen actrices como Angelina Jolie o Nicole Kidman con diseños de ensueño.
«No quería un libro de mi vida, sino de mi vida con la moda», expresa la diseñadora, que vive ajena a las tendencias de moda.
«No sigo las tendencias, no me interesan, parecen uniformes, no me gusta ver a todo el mundo igual, con el mismo bolso, zapatos o pantalón», asegura.
Carolina Herrera prefiere prendas que sienten bien, que se amolden a los gustos y la edad de la mujer. «No hay cosa que avejente más que vestirse de joven», dice.
A lo largo de su trayectoria profesional se ha empleado a fondo en «embellecer a la mujer», una apasionante aventura vertebrada en su romance con la empresa española Puig.
«Al final me casé con los Puig», cuenta con una amplia sonrisa y asegura que para ser diseñador se tiene que tener una mirada inquieta, «un ojo especial».
Desde entonces, no ha parado de crecer, pero antes de este idílico matrimonio, Carolina Herrera ya era muy conocida y contaba con clientas como Ivana Trump, Kathleen Turner, Nancy Reagan o Jacqueline Kennedy Onassis.
El diseño que le catapultó al olimpo del diseño fue el vestido de novia que ideo para Carolina Kennedy en 1986. «Fue un traje nupcial muy especial, uno de los momentos más gratificantes de mi profesión».
Este venezolana, que con solo 13 años ya vio un desfile de Balenciaga, encabeza la lista de las mujeres más elegantes, tiene un estilo constante que con gran maestría ha trasladado a su firma y ha hecho que sus prendas sean muy reconocibles. «No diseño para mí, sino para miles de mujeres que quieren estar guapas».
Siempre en permanente búsqueda de la belleza, Herrera asegura que la moda está ideada para agradar a la vista, «si te quieres disfrazar, ve al circo».
Reconoce que en la moda «todo está inventado», aunque cada vez más le sorprenden las tendencias. «Lo feo es lo que se usa, creo que muchas mujeres abren su armario y se preguntan ‘¿qué es lo más feo que tengo para ponerme?».
A sus 77 años, sabe que vestir bien «da poder» y que con un bonito vestido «se llega más a la gente». EFE