Los nuevos y campeones Cachorros de Chicago ya se encuentran en la ciudad de los vientos, donde mañana, viernes, estarán listos para participar de una gran celebración popular en homenaje al título que consiguieron ante los Indios de Cleveland.
Nadie dentro de los Cachorros ha querido hablar de las llamadas «maldiciones», ni mencionar el año 1908, todo lo contrario, con un gran criterio, el primera base Anthony Rizzo, reiteró que lo que estaban viviendo era el producto de la realidad del 2016, basado en el gran juego que aportó todo el equipo sobre el campo.
«No me interesa lo que no se pudo conseguir antes, ni las historias que se cuentan, la realidad es que cuando en el campo se juega el mejor béisbol, como lo hicimos nosotros, aunque enfrente haya un gran rival, al final consigues la victoria».
El mismo sentir tiene el resto de la plantilla y en especial el piloto de los Cachorros, Joe Maddon, que destacó a su llegada a Chicago que ahora lo único que tenían que hacer era disfrutar junto a los fanáticos de la victoria conseguida y luego prepararse para que la próxima temporada sean todavía mejores.
«Me gusta enormemente la historia, pero en el apartado deportivo lo único que cuenta es lo que tú aportas en el campo y al igual que dije que era justo que llegásemos al Séptimo Partido por los méritos de ambos equipos, al final nuestro béisbol fue un poco mejor y por eso ganamos», destacó Maddon, que cuando llegó al puesto prometió que le daría al equipo el título de la Serie Mundial.
De ahí que en Chicago ya nadie hable de las «maldiciones» de ningún tipo y todos apunten a trabajar de cara a mantener una dinámica ganadora y pensar en una era que los convierta en dinastía.
«Sabemos como formar un equipo ganador y ahora lo que tenemos que hacer es mejorarlo de cara al futuro», destacó Theo Epstein, presidente de operaciones de los Cachorros, y cerebro en la reconstrucción del equipo. «Estamos listos para nuevos retos».
Por su parte, los jugadores piensan igual que su presidente, al reivindicar que tienen un equipo ganador, que durante toda la temporada demostró ser el más regular dentro del béisbol de las Grandes Ligas.
Lo anterior ha permitido también que desde la pasada noche en Chicago ya no se escuche el tradicional comentario de los seguidores de los Cachorros de «nos tocará esperar al próximo año».
La travesía del desierto de la espera, que duró 108 años, llegó a su final y las expectativas serán distintas a partir de la próxima temporada, cuando en febrero se concentren en su campamento de pretemporada en Mesa, Arizona.
De hecho, las casas de las apuestas de Las Vegas, nada más registrarse el último «out» del Séptimo Juego ante los Indios, ya colocaban a los Cachorros como los grandes favoritos a revalidar el título.
Los argumentos objetivos para ese favoritismo existen ya que el futuro de los Cachorros luce brillante porque tienen un núcleo de estrellas jóvenes, muchas bajo control contractual del equipo por los próximos años, el plantel armado por Epstein tiene todo a su favor para convertirse en una dinastía del béisbol.
La sufrida forma en la que acaban de consagrarse alimenta esa ambición, luego de convertirse en el primer equipo desde los Reales de Kansas City en 1985 que supera un 1-3 adverso en el Clásico de Otoño.
«Nos quitamos el peso de encima por la manera como se cerró el partido», admitió Maddon. «Nunca debió existir. Pero ahora podemos pensar en el futuro».
La jugada del último out reflejó la personalidad del equipo –uno con garra que se divierte con el juego– cuando su tercera base Kris Bryant empezó a sonreír a la «espera» de fildear el rodado del dominicano Michael Martínez que luego acabó en el guante de Rizzo.
Precisamente, Bryant y Rizzo son los dos ejes en la alineación de Chicago, los que deben liderar las pretensiones de más títulos. Ambos son candidatos al premio al Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Nacional.
Con 27 años cumplidos en agosto, Rizzo es el más veterano del núcleo que Epstein y su lugarteniente Jed Hoyer conformaron mediante sorteos, fichajes internacionales y traspasos desde que pusieron en marcha su proyecto en 2011.
Los Cachorros hicieron historia cuando en el segundo partido, ante los Indios, alinearon a seis titulares de 25 años o menos: Bryant (24), el segunda base boricua Javier Báez (24), el receptor venezolano Willson Contreras (24), el jardinero cubano Jorge Soler (24), Kyle Schwarber (23) y el torpedero Addison Russell (22).
También tienen atado a Jason Heyward (27) con un contrato para siete temporadas más y un salario promedio anual de 23 millones de dólares, sin importar que no ha tenido su mejor producción ofensiva.
«Tenemos margen para seguir creciendo a la ofensiva, con más paciencia en los turnos», admitió Maddon.
En cuanto a agentes libres, podrían perder al cerrador cubano Aroldis Chapman y al jardinero central Dexter Fowler.
Chapman aspiraría a recibir el contrato más jugoso en la historia para un relevista, y Chicago podría inclinarse por Kenley Jansen –otro agente libre– o darle la asignatura al venezolano Héctor Rondón, aunque éste último desapareció del radar de Maddon en los playoffs.
Mientras que en la rotación de abridores, Jon Lester, Jake Arrieta, Kyle Hendricks y John Lackey tienen contrato hasta 2017, y todo indica que el zurdo Mike Montgomery completará el quinteto.EFE